De decepciones y otros cuentos

Que desazón la mía, al ver y oír los comentarios infundados, llenos de menosprecio y de falta de argumentos de aquellos que se jactan de ser los representantes y conductores de esta tierra (lo cual no es nada nuevo, ya nos tienen acostumbrados, se les perdona su ancestral xenofobia y arrogancia); pero los otros, aquellos líderes de opinión, tan simpáticamente arbitrarios que daban muestras de una imparcialidad absoluta, de una humanidad respetable, de una crítica elogiosa; de un tiempo a esta parte, se han venido a menos; han dado el salto al otro lado, han vuelto a sus orígenes. Es que basta no más que se les hable de indígenas y pueblos originarios para que les brote lo discriminador, tergiversándolo todo, aprovechando su rating desmedido, muy bien trabajado, y lo digo con razón, por que se lo han ganado; pero y ¿ahora?. Una marcha de indígenas, donde el 70% de ellos son de tierras bajas, es para que armen tanto revuelo; para que lo llamen confrontación, para que todo lo que el Gobierno plantee sea una mala medida, una equivocación eterna según sus análisis "precisos". Que lástima...... los tenia muy en alto; y se que no les importa la opinion de un ciudadano; por que así lo han aseverado en reiteradas oportunidades, pero no se olviden, señores periodistas, que no dejan de ser un punto de referencia para la población y por lo tanto, sus programas ya no solo son de ustedes, por mas independientes que ellos sean, sino también son de nosotros, los que invertimos nuestro tiempo en escucharlos; los que estamos del otro lado de la pantalla; los verdaderos protagonistas; los culpables de su presencia.

Puede que la marcha de ciertos sectores sea descontextualizada e inoportuna. En eso estoy de acuerdo; pero a mi no me convencen con sus eufemismos; la cuestión raya, para la mayoría, en el racismo y en la intolerancia ante la presencia de culturas diferentes.


¿Acaso no es ley del cruceño la hospitalidad?... Demostrémoslo entonces, que no quede en un discurso más, en una falacia que rayaría en lo preocupante. ¿Por qué tanta psicosis? ¿A qué le tenemos miedo? No fue nuestro mismo prefecto quien subio el dos de julio pasado a los indígenas el día del aniversario por las autonomías o ese acto fue otro manipuleo de circunstancias.

Solo espero que el próximo 7 de agosto sea una verdadera fiesta patriótica y que no haya, bajo ningún motivo, actos vandálicos ni del uno ni del otro lado.

Hasta la próxima