Cuando uno, en su derecho soberano de elección, decide dejarse seducir, conscientemente muchas veces, inconciente la mayoría de las otras, por el placer de la escritura; es catastrófico la inexplicable violencia de la autocensura. Eso sucede muchas veces con la oralidad, pero ese es un terreno, en el que no quisiera inmiscuirme demasiado, quizás por mi falta de presencia o simple y llanamente por que esta vez no quiero hacerlo. Es así que me referiré única y exclusivamente al ejercicio de la palabra escrita, región donde he decidido, por uno u otro medio, meter mis narices. Seguro algunos se preguntarán (pero que osadía la mía pensar en plural no?...pero nada cuesta pensar en que me leeran "algunos") por qué tal obsesiva introducción. ¿A dònde quiere llegar este con tanto revoltijo?... Para responderme y responderle(s) volveré a lo de la autocensura y su catastrófica presencia. Es que los últimos acontecimientos que se han venido suscitando en el país nos obligan, sin lugar a dudas, a decir algo. No podemos quedarnos callados. O por lo menos yo no puedo quedarme con la boca cerrada, o mejor, dicho con la pluma dormida. Hace días que siento la terrible necesidad de manifestarme, por que me considero juez y parte, como todos y cada uno de nosotros, de esta coyuntura. Hace poco un amigo me decía: "El país se esta yendo al carajo...tan bien que vivíamos antes".... tan bien?...le devolví la pregunta; osea, que el que no pase nada, significa que las cosas esten en su sano juicio...justamente por que no pasaba nada..por que nadie decía nada era que las cosas estaban pa al carajo...en un statuo quo demasiado sospechoso. Yo doy gracias por estar viviendo lo que se esta viviendo en el país y no por masoquista ni nada por el estilo; por que son estas situaciones de crisis en donde realmente se hace patria o se deshace.

Lanata, periodista argentino muy reconocido y que anoche dio una conferencia un tanto candente y desordenada a mi parecer, dijo algo muy interesante: "la inteligencia es la capacidad para resolver problemas complejos, o más aún, la inteligencia es propiciar nuevos problemas y tener la capacidad de resolverlos"... pues bien nos llego la hora de ser inteligentes. Estamos ante una avalancha de idas y venidas, de discursos distorsionados, falseados por los mismos grupos de poder de siempre, que lo único que quieren es seguir haciendo de lo suyo en este territorio. Seamos críticos, reflexivos, no nos traguemos todo lo que vemos. Veo todos los días universitarios, compañeros universitarios como yo, que salen a la calle a protestar contra todo lo que el gobierno plantea, sin un ápice de ideología, lo cual me da mucha, pero mucha pena. Encima son manipulados,( JUEGAN CON SUS NOTAS), por sus decanos y autoridades. y ahí van como ovejitas del rebaño; gritando a voz en cuello algo de lo que no están muy seguros, sin saber a que y a quienes responden.

Dejemonos de una vez por todas de hipocresías y falsedades. Hablemos en serio. Quizás mañana sea tarde.

Tres días después

Sin lugar a dudas la octava feria del libro fue todo un éxito. Éxito en ventas, de público, de producción nacional y de variedades en general. Creemos que colmo las expectativas. Sin embargo; y esto no es con el motivo de aguarle la fiesta a ninguno, hay ciertas cosas que hay que mejorar; o mejor dicho aún, innovar. Una persona muy allegada a mi; a quien quiero mucho me decía por que no crear un espacio dentro de la feria en donde se puedan exponer libros usados (como tal sucede en la version de la feria del libro de La Paz); se que esto no le gustará a muchos escritores y editoriales cuya única ambición es el lucrar; pero si nos ponemos desde nuestro lugarcito de lectores que creo que ante todo somos eso ( Cortazar muy bien decia que puede existir un lector que no sepa escribir, pero jamás un escritor que no sepa leer)... daremos un espacio muy significativo e interesante a la feria. Creo además (o eso me sucederá solo a mi) que no hay nada más seductor que un libro antiguo y desgastado; transpirado por cuantas manos se atrevieron a mancillarlo... pulverizado por cuantos ojos se atrevieron a recorrerlo, firme en su heroíca trascendencia.

Esta sería una entre tantas sugerencias que podrían darle mayor realce a la feria. Otro elemento que me parece necesario que analizen los organizadores y la cámara departamental del libro es el asunto de la cafetería. Me parece de muy poco gusto y distante al acontecimiento. Se debería trabajar en un lugar quizás algo más bohemio y acogedor.

En fin, no quisiera extenderme con más críticas por que sería muy disconforme de mi parte y la verdad que no lo estoy. He visitado la feria cinco veces y cada día la he disfrutado como se merece. Felicito a los organizadores por el empuje que le han dado a este acontecimiento y que cada año sea cada vez mejor.

Un servidor