Advertencias crepusculares
Debería habértelo anunciado...
el silencio es una advertencia de los labios,
una catapulta inevitable,
un rigor de espinas o praderas.

la ceniza dulce, olvidada en el lenguaje,
el hiriente menoscabo del pasado,
la fraguante pausa,
trepadora,
asesina;
exquisitamente inexpugnable.
Cuanta tregua innecesaria.
Cuanta razón de itinerario.
Has quedado agazapada,
atrapada en mi sed de laberinto,
en mi luto cotidiano,
en mi urgente torbellino.
2 Comments:
El que madruga...
encuentra todo cerrado.
Saludos Pablo! Buen poema!
Mierda!!! Llegaste en el momento preciso y exacto. Justo cuando respiro ausencia. Me asfixia el maldito silencio que me engaña una y otra vez. Hasta mi deseo se impacienta con el mutismo del Destino. Saludos.
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